Mail va, mail viene.
Graciela vino desde Israel con su cuñada Rivka y trajeron souvenirs para todas las familias. Aparte de regalarnos su presencia trajo frutas secas del oriente para que todos pudiéramos degustar. El sabor del oriente en nuestras bocas era el toque que faltaba para que la reunión fuera plena. Alimentar el cuerpo, para luego alimentar el alma.
Héctor decidió adelantar su viaje a la Argentina desde EE.UU. para estar presente junto a Marta. Lo que fue una cálida sorpresa. El ya había aportado información anteriormente respecto de Inguletz (la colonia judía en Gersón ), de la cual provenían nuestros abuelos.
Cada vez llegaban mas descendientes, ávidos del placer de encontrarnos. Muchos no nos veíamos desde hace muchos años y la mayoría de nosotros era la primera vez que nos reuníamos. Pero todos llevábamos el sello en la sangre y el deseo del encuentro...
A cada uno y al llegar le colocaba un cartel con su nombre para poder identificarnos.
De la banda Oriental, Diana, Víctor (tan elegante y caballero como siempre), Daniela, Gabriel, Adriana, Alejandro, Silvana y los chiquilines Micaela, Macarena, Nicolás, Martín y Sebastián. Los chicos contaron chistes, posaron para las fotos como los mejores y hasta trajeron la bandera de Uruguay!.
Susy vino con Daniel y sus hijos Analí, Joaquin y Sebastián. Los 3 niños estaban realmente mas altos que el año pasado!!! Pequeñas pruebas del paso del tiempo!!!
Esperábamos a Marcelo y Verónica con Felipe. Pero no pudieron llegar.
Miriam y Luis (quienes se preocuparon de sacar fotos de fotos antiguas) y corregían los cuadros sinópticos con la promesa de reverlo una vez que regresaran a Rosario .
Mini siempre tan predispuesta y sus hijos Tzaji e Itai (los primos israelíes y gigantes, ahora empresarios), entraban al salón con las sonrisas dibujadas en su rostro. Cuánta alegría para regalar! El rostro y la voz de mi primo Daniel (fallecido) grabado en su piel.
Cachi y Ana María charlando con todos; y Norma y Cacho venían desde Rosario a compartir el momento. Muchas charlas individuales, pero lo mejor estaba por comenzar...
Pronto nos convocamos a una ronda gigante, para vernos todos con todos y allí comenzaba la diversión...
Totó contó chistes entrerrianos (él se autodefine como gaucho entrerriano) y ganó muchas sonrisas y risas. Hasta le ponía el acento de la tierra donde nació! Todos escuchábamos atentamente. Un ping pon de chistes comenzaba a brotar.
Adrián retrucaba con otro chiste.
Tule contaba anécdotas y parte de su vida. Todos oían atentamente. El fue quien más recuerdos de nuestros ancestros pudo transmitirnos, mucho antes de la reunión.
En un momento Norma y Cacho cantaron y dramatizaron ”balada para un loco”. Nos deleitaron con su puesta en escena. Verdaderos artistas.
Luego seguimos cantando Nora Edith y yo “Ierushalaim shel zahav” (Jerusalem de oro). Todos seguían a coro. Y la energía del ambiente iba creciendo mas y más. El lugar brillaba en torno a las almas que estaban. Las presentes y las que estaban espiritualmente. Todas presentes!
Betty había traído sus cuadros (algunos premiados) y fue aplaudida por los presentes. Luís contaba su experiencia de haber conocido a Yehuda Menuhin, el famoso violinista.