Respecto del por qué realizar el árbol y desear compartirlo en un encuentro familiar, no hallo otra respuesta que "es algo que había que hacer".

El hecho peculiar de que los descendientes Minuchines seamos tantos y hayamos respondido al llamado, es una bendición de la que no todas las familias pueden gozar.

La reunión del año pasado ya había sido todo un éxito, pero muchos descendientes que no se habían enterado de la misma solicitaron una segunda oportunidad, para poder participar. Y no fue nada difícil complacerlos...

Incluso los primos desde el exterior, sabiendo que por un tema de costos y de distancia no iban a poder concurrir físicamente, hicieron posible esta realidad con sus aportes de fechas, fotos y con su infinita calidez.  Chola, Alicia, Ilana, Aryeh, Yair, Carlos, César, Oscar,  José, etc., etc., todos estuvieron en íntimo contacto por mail enriqueciendo con valiosa información de detalles familiares.

Alicia siempre alentándome constantemente. Esta vez no podría venir, pero no faltara oportunidad de vernos mas adelante.

Diana, desde Uruguay, fue la primera en confirmar su presencia junto a su núcleo familiar. Y así sucesivamente todos se “anotaban”.

Graciela, desde Israel, ya confirmaba haber sacado su pasaje!

Guillermo y Amanda, desde Mallorca, escribían interesados en lo que iba a suceder y es para ellos también este relato.

Ilana, desde Israel, escribía lo emocionada que estaba con lo que sucedía de este lado del Atlántico. Ella como profesora de historia ponía una mirada especial en el trabajo.

Mini, desde Rosario, escribía: ¿en que puedo ayudar? y con su frase “kol a kabod” alentaba los preparativos de lo que se iba a dar.

El trabajo de recopilación de  datos había sido intenso, pero estaba dando sus frutos. Todos habían colaborado animosamente.

 Costó un poco el tema de las fotos. Parecía que nunca iba a poder concluir, pero finalmente pude colocar todas las fotos enviadas de la rama Alter, que era mi responsabilidad y tarea. Hasta pude grabar en el CD que se presentaría en la reunión, que iba a ser mi obsequio: uno a cada grupo familiar. Y como valor agregado, una publicidad que mi hija Maia había hecho en la escuela, con mi padre Totó como protagonista y que tenía que ver con las raíces.

 Con Jenny ya habíamos acordado desde el año pasado realizar otra reunión en el SUM de su propio departamento, Av. Santa Fé 2781 a las 18 horas del sábado 30 de Junio. El tiempo vuela, y la fecha se aproximaba...

Llegué un rato antes a la sala, encontré a Jenny quien ya había preparado las mesas y el café.  Comencé a pegar en las paredes los cuadros sinópticos con la rama Alter del árbol. Había mucha, mucha más información que el año pasado. Al rato llegó Ana María y Alejandro con la rama José.  Igualmente cubrieron las paredes con el trabajo realizado.

Fair, desde Israel, ya nos había traducido la información que Mijael había hecho de la rama rusa. Su descripción relataba de una mujer llamada Menuhá, quien por el año 1800 habría tenido al menos 3 hijos: I´ (Iosef?), SH´ (Shlomó?) y Aarón.

Mijael tenía la descendencia completa de Aarón (su propia rama).

Por otro lado, al solicitar el certificado de defunción de Alter, había averiguado que su padre era José (coincidía con IOSEF ó I´).

A su vez Tule nos contó que Alter tenía un primo, también llamado José, y por su certificado de defunción, Alejandro averigua que su padre era Salomón (SH´ ó SHLOMO).

Las fechas coincidían y el rompecabezas comenzaba a encajar.

Ambos primos Alter y José habían venido de Rusia (Gersón) para la misma época y al mismo lugar (San Salvador, Entre Ríos, Argentina) con sus extensas familias de las cuales descendemos.