En algún momento Simón puso sus tierras como garantía por un hermano y las perdió, quedando sin casa él con su esposa y sus 6 hijos pequeños hijos. Un cuñado, Aarón Cosoy, quien vivía en Uruguay (cruzando el charco), le prestó una casa en Paysandú para poder vender ramos generales, hasta reponerse de semejante desgracia. Luego fue a Montevideo y finalmente a Buenos Aires (Villa Lynch) hasta que partieron a Israel.
Los descendientes que hoy viven en Uruguay, se enteraban el por qué habían nacido allí y no en Argentina.
La fiesta fue amenizada con la voz de mi prima Beatriz, quien cantó con una dulzura extraordinaria. También con chistes entrerrianos de mi padre. Se acordaba de algunos dichos típicos: “Qué tanto apuro dijo un mamado y lo estaban llevando preso” “qué oscuridad dijo Felipe y metió la cabeza dentro del ropero” “Que calor dijo el un mamado y estaba sesteando bajo el sol”
Mi hermano Adrián acotaba que cada cual haga su “gracia”, por ejemplo como había muchos médicos nos pusiéramos a operar allí mismo (risas y más risas).
Los Najenson estaban también emparentados con los Minuchin, ya que Rosa estaba casada con Leopoldo Najenson y Marcos con Rosa Najenson (2 hermanas con otros 2 hermanos).