Tríada de la mujer que entrena.

Dra. Patricia S. Minuchin
psminuchin@intramed.net
www.patriciaminuchin.com.ar

    La tríada se define como un síndrome compuesto por “trastornos alimentarios”, “amenorrea” y “osteoporosis”, que ocurre en mujeres y niñas físicamente activas (1).
    Los deportes donde hay mayor prevalencia son aquellos donde la delgadez es una presión constante (danza, gimnasia deportiva, patín artístico), pero puede suceder en cualquier mujer (2). Los riesgos de enfermar y morir en las deportistas, se ven aumentados por el hecho de exigir al cuerpo con el entrenamiento.         Es por ello que su detección temprana para su tratamiento es fundamental, y el rol de los profesores de Educación física y entrenadores es esencial.
    Los trastornos alimentarios son definidos como enfermedades donde existen  características comunes como: alteración en el esquema corporal, pérdida de peso, temor a la obesidad, pubertad retrasada,  amenorrea mayor a 3 meses, restricción de alimentos, métodos purgativos (como el consumo de laxantes, diuréticos o actividad física compulsiva con el objetivo de perder peso, vómitos autoprovocados)
    Los “modelos” de un supuesto éxito se ven asociados a la delgadez en ésta época histórica (en la edad media, la delgadez y el bronceado en la piel significaba pobreza por desnutrición y trabajo bajo el sol). Como consecuencia, los valores espirituales  queden por debajo de los materiales. Y este error no es gratuito, ya que se paga con salud!
    Quienes “compran” este modelo estimulan y permiten un emergente social, más relacionado con la enfermedad y con la muerte. Y son las adolescentes el blanco de la patología, pues en el afán de “encajar “en un molde diferente a lo que su genética les permite, entran en restricciones totalmente desarmonizadas con sus verdaderos requerimientos.
    El éxito, evidentemente es un modelo diferente para cada persona y se puede ver influenciado por lo cultural. Por ello, sería importante estimular a nuestros jóvenes hacia objetivos más espirituales. Esto comienza por la educación familiar.
    Las restricciones calóricas pueden alterar no solamente el rendimiento deportivo, debido a modificaciones músculo-esqueléticas, alteraciones hormonales, cardiovasculares y del medio interno, que pueden llevar desde simples desmayos hasta riesgo de muerte (arritmias cardíacas, hipotensión, hipotermia, deshidratación). Y las conductas bulímicas, aparte afectan los dientes, encías, inflamación de las parótidas.
    Tanto la anorexia como la bulimia pueden a su vez estar acompañadas con depresiones profundas y sus riesgos deben ser tratadas por un equipo interdisciplinario, donde lo psíquico es el eje del tratamiento.
    A su vez, las niñas y las mujeres jóvenes, físicamente activas, tienen mayor predisposición a desarrollar la enfermedad que las sedentarias, posiblemente por la exigencia estética de algunos deportes (2).
    Existe una asociación de la patología alimentaria con historias de depresión, baja autoestima, disfunción familiar, presión social por la delgadez, y se asocia a veces a abusos en la infancia (sexual o psicológico).
    El DSM-IV define a las patologías alimentarias según los criterios anteriormente nombrados, por lo que el diagnóstico puede hacerse fácilmente (3) .

La Anorexia Nerviosa se caracteriza por :
        1.    Peso corporal menor al 85% del mínimo saludable
        2.    Pánico a engordar
        3.    Negación del esquema corporal
        4.    Ausencia de 3 ciclos menstruales (sin consumo de estrógenos)
   
Puede ser Anorexia del tipo restrictivo (si no consume alimentos), o tipo compulsivo-purgativo (cuando a esto se suma con cierta regularidad conducta purgativa o de consumo compulsivo de alimentos).
    La Bulimia Nerviosa se caracteriza por:
        1)    Episodios de masivo consumo de alimentos (mucha cantidad en corto tiempo, mas el sentido de falta de control sobre el acto)
        2)    Conductas compensatorias : laxantes, diuréticos, vómitos, ayunos, ejercicio excesivo.
        3)    Que 1) y 2) ocurran 2 veces semanales o más por los últimos 3 meses.
        4)    Distorsión del esquema corporal
        5)    No ocurre dentro del contexto de la anorexia nervioso.

Puede ser bulimia tipo purgativo (laxantes, diuréticos, laxantes) y no purgativo (si la persona tiene conductas de ayuno o ejercicio excesivo compensatorios).
    Lamentablemente, son signos y síntomas negados por la persona que las padece y muchas veces por la familia de las mismas. El American College of Sport Medicine promueve realizar cursos para padres y entrenadores, no solo para detectar precozmente la enfermedad sino también para no presionar a adelgazar a jóvenes que están en un peso saludable.         También insta a mujeres físicamente activas, a consultar a un especialista en Nutrición Deportiva para esclarecer todas las dudas y armar un plan alimentario adecuado.
    El tratamiento de un trastorno alimentario debe abarcar los aspectos fisiológicos, nutricionales, psicológicos y sociales, por lo que se recomienda  un equipo interdisciplinario.
    La amenorrea puede ser:
        1-    Primaria:  cuando una joven de 16 años aún no ha tenido su primer menstruación o menarca
        2-    Secundaria: es la falta de 3 o mas ciclos menstruales consecutivos, luego de producida la menarca.

Existen muchos trabajos científicos que demuestran que la amenorrea en las mujeres que entrenan está directamente relacionada al volumen de su entrenamiento (4).
    La amenorrea relacionada al ejercicio (al igual que la relacionada a la anorexia) es de origen hipotalámico (es decir con una disminución de secreción de los factores liberadores del hipotálamo sobre la liberación pituitaria de las hormonas luteinizante (LH) y folículo estimulante (FSH). Esto provoca una disminución de estrógenos y progesterona ováricos, similar a la menopausia. Ambas se asocian a una desmineralización ósea (osteoporosis).  Cuando la amenorrea es de causa ovárica la LH y la FSH se encuentran elevadas (8).
    Por otro lado, está en estudio si esto es provocado inicialmente por el estrés del entrenamiento, donde los niveles basales de cortisol están elevados; o por la baja disponibilidad de calorías alimentarias, que influyen sobre el metabolismo basal con bajos niveles de hormona tiroidea T3.
    Es decir, que cuando la ingesta calórica no es adecuada al gasto energético, se produce tanto aumento del cortisol basal como una disminución del metabolismo basal (T3), en el afán del cuerpo de compensar la deficiencia (5).
    Muchas deportistas padecen de amenorrea sin sufrir de trastorno alimentario, pues sin desearlo las calorías que consumen no alcanzan para cubrir las que gastan (6). Por esto, es importante la consulta nutricional siempre, en las mujeres que entrenan grandes volúmenes semanales. Y se debe partir del concepto de que la amenorrea NO es normal en la mujer que entrena, y trae aparejada la falta de depósito de calcio en huesos, con pérdida de mineralización en etapas sensibles, con los riesgos que esto implica (fracturas).
    Es decir, la amenorrea no es una alteración lógica de las mujeres que entrenan exhaustivamente. Debe ser prevenida y tratada antes de que reduzcan en forma irreversible la densidad mineral ósea (también puede deberse a un embarazo, por lo que se deberían realizar tests a toda mujer con amenorrea).
    La osteoporosis, que es una enfermedad donde disminuye la densidad mineral del hueso (calcio-fósforo), tiene como riesgo la posibilidad de fractura tempranas como futuras.
    El pico de crecimiento en altura es de 13,3 años en el niño y de 11,4 años en las niñas. Y la densidad mineral del 70 o 60% del cuello femoral y de las vértebras lumbares.  A su vez, los varones retienen calcio en mayor cantidad que las mujeres (12).
    Esto significa, que la etapa adolescente es la mas sensible para el depósito mineral y crecimiento óseo. La alimentación rica en calcio debe acompañar éste proceso con especial énfasis, ya que esto estará directamente relacionado al nivel de mineralización de la edad adulta, en especial en mujeres menopáusicas (10, 11).
    Tanto los estrógenos como la progesterona contribuyen al mantenimiento de la densidad ósea, por lo que cualquier motivo que cause alteración de estas hormonas ováricas pone en riesgo la arquitectura de los huesos (9).
    Se debería estimular a consumir más calcio a aquellas mujeres con amenorrea, y muchas pacientes, al disminuir el volumen semanal y al aumentar la ingesta calórica, reestablecen sus períodos menstruales normales; otras necesitan terapia de reemplazo, muchas veces hormonal y cálcico a la vez (7).
    La tríada no sólo disminuye el rendimiento deportivo, sino que aumenta los riesgos para la salud. Se puede dar también en mujeres que no estén compitiendo en alto rendimiento.

Bibliografía:
·        American College of Sport Medicine “position Stand on The Female Athlete Triad” MSSE 29(5), 1997. 
·        Brooks J C. et al “Attitudes toward eating and body weight in different groups of female adolescent athletes”, Int. J Eating Disorders 7 (6): 749-57, 1988. 
·        American Psychiatric Association” Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4° ed Washington, 1994. 
·        Baker et al ”Menstrual dysfunction and hormonal status in athletic women” Fert. Steril 36: 691-6, 1981.
·        Watts JR et al “Low energy availability alters LH pulsatility in regularly menstruating, young exercising women” Endocrine Society Meeting (abst 822), 1994.
·        Corbin  et al “Eating disorders among high performance athlets” Phys. Sport Med.15(2):89-95, 1987. 
·        Christiansen C et al “Profilaxis and treatment of osteoporosis”Am. Jour. Med. 90:107-10, 1991.
·        Loucks A. “Effects of exercise training on the menstrual cycle”MSSE22(3):275-9, 1990.
·        De Souza et al Med. Sci. Spor. Exerc. 23: 995-1007, 1991. 
·        Bailey D. Et al Internat. Jour. Of Sports Medic 18(3):S191-4,1997.
·        Seerman E et all “Risk factors of osteoporosis” Osteoporosis Int  3(1)40-3, 1993.
·        Martin A  et al “Acumulación de mineral óseo y   cálcico durante la pubertad”Am J. Cli. Nut 66:611-15, 1997.

Dra. Patricia Minuchin