Cada tipo de estímulo, ya sea de sobrecarga o de resistencia, modelará la masa
muscular involucrada como un proceso de adaptación influenciado por respuestas
metabólicas-hormonales.
Así, el fondista no tendrá gran masa muscular, lo que lo
favorece si pensamos que debe trasladar su peso corporal por muchos kilómetros,
pero el levantador de pesas, aumentará su masa muscular facilitando el objetivo
de su entrenamiento que es cargar el mayor peso posible sobre su propio cuerpo.
Los ejercicios de sobrecarga bien programados o periodizados, producen aumento
de la fuerza, potencia y del tamaño muscular. Sin lugar a dudas, la regulación
hormonal tiene una acción directa en éste desarrollo y tanto el cerebro a través
de la estimulación trófica directa neuronal, o indirectamente, al estimular a
las glándulas endocrinas, juegan un papel "clave" en todo esto.
Las glándulas endocrinas son de suma importancia y actúan
como una gran orquesta donde pueden actuar o interactuar simultáneamente, ya
sea durante el estímulo de entrenamiento, como en la etapa de recuperación.
Incluso pueden inhibirse mútuamente, como sucede con la adrenalina que inhibe a
la célula beta del páncreas (insulina).
El entrenamiento de la fuerza , requiere la estimulación de
unidades motoras rápidas, que reclutan un mayor número de fibras o células
musculares, con lo que es una situación en la cual , la respuesta hormonal es
superior a otro tipo de entrenamiento o estímulo (por ejemplo de resistencia
donde se reclutan menor número de fibras).
No solamente se altera la permeabilidad de la membrana de la
célula muscular a los nutrientes, sino también los receptores de interacción
hormonal.
Es por esto que la pausa y los tiempos de recuperación son
tan importantes en los planes de entrenamiento de la fuerza. El esfuerzo de
entrenamiento es tan importante en la fuerza, que debe reparar ciertos daños
producidos ante el estrés sometido a la célula. Esto desencadena mecanismos
que terminan hipertrofiando al músculo, aumentando la síntesis o anabolismo
proteico y disminuyendo el catabolismo.
Muy diferente del sobreentrenamiento, donde ocurre lo
contrario, posiblemente como mecanismo de "defensa del organismo",
donde se observó la disminución de la interacción hormona receptor.
Es importante la cantidad de músculo involucrado como un factor directamente
proporcional a la respuesta hormonal.
Y aparentemente es más importante la disminución del
catabolismo proteico que el anabolismo en sí mismo. De cualquier modo, existe
un techo o límite genético en cuanto al crecimiento del tamaño muscular. Es
decir, que se hipertrofia individualmente según la genética de cada individuo,
con lo que este factor es "limitante" del entrenamiento.
Y en cuanto al entrenamiento es importante considerar que sólo
el músculo reclutado (estimulado por el cerebro, vía neuronal) es el que será
afectado por los mecanismos de adaptación hormonal. Con lo que para un buen
plan de entrenamiento de fuerza es importante tener conciencia de los músculos
efectores del deporte en cuestión.
El músculo hipertrofia por estímulo neuronal y estímulo
hormonal en forma asociada. En sujetos con problemas neurológicos de conducción
(denervados), se observa una notable hipotrofia muscular, y lo mismo en sujetos
en los cuales tienen carencias glandulares de hormonas anabólicas
(somatotrofina, testosterona, insulina).
Si bien es sabido que el sistema nervioso es entrenable y que
se puede realizar la "transferencia" de la respuesta nerviosa de un
grupo muscular a hacia otro, siempre tendrán mejor respuesta los músculos a
los cuales les ha llegado el estímulo correcto de entrenamiento y aquellos más
hipertrofiados poseerán ventaja sobre aquellos que no lo están, en cuanto a
fuerza y potencia se refiere.
Es decir, que debemos tener en cuentas las dos cosas:
1) el
entrenamiento neuronal (la velocidad de reacción) por un lado; que es
transferible.
2) la masa
muscular que deseamos reclutar, que será mayor si existe mayor hipertrofia.
En cuanto a la respuesta hormonal, durante el ejercicio en
general, aumentan primero las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina)
inhibidoras de las células beta del páncreas.
La insulina disminuye. Recordemos que la acción de la
insulina es permitir la entrada de glucosa a la mayoría de las células de
nuestro organismo (excepto las células nerviosas, los eritrocitos, las células
retinianas, las células germinales quienes no la necesitan), pero también
estimula la glucógeno génesis, la lipogénesis y es anabólica proteica. Estas
son suficientes razones para que no sea conveniente que aumente durante la
actividad física (pues guarda las reservas energéticas y no me las permite
utilizar).
Sin embargo , las catecolaminas primero, y la STH,
glucocortides, ACTH y el glucagon facilitan la producción y la salida de
glucosa a sangre para poder ser utilizadas como sustrato energético, en el músculo
que trabaja.
Recordemos que un sujeto entrenado aumenta su capacidad
gluconeogénica hepática (remueve más rápidamente el ácido láctico) , también
intra ejercicio, transforma más rápidamente lactato en pirúvico nuevamente
(remoción del lactato intra ejercicio); y también es capaz de soportar mayor
concentración de lactato antes de interrumpir la actividad.
Por otro lado, la testosterona , hormona anabólica proteica
por naturaleza, puede aumentar sus niveles con el estímulo del entrenamiento de
sobrecarga, que afecte grandes grupos musculares, de gran intensidad y
velocidad.
El cortisol, sin embargo, aumenta con el entrenamiento de la
resistencia, con el stress de la vida cotidiana, etc. Por lo que su nivel puede
ser mayor por la tarde, aunque por su ritmo circadiano sería mayor a la
madrugada, si estuviéramos en reposo. Y si bien aumenta la disponibilidad de
glucosa en sangre; lo hace también a costa de la gluconeogénesis, (proveniente
de aminoácidos), por lo que es indudablemente catabólica proteica. Por esta
razón no conviene entrenar la fuerza explosiva luego de un trabajo de
resistencia , debido a que el nivel de cortisol plasmático es mayor.
Como sabemos, post entrenamiento aumenta la insulina anabólica, por lo que es
conveniente entrenar de mañana , repartido en varias veces , cuando el objetivo
es la fuerza muscular. Y entre medio, ingerir adecuada alimentación que
estimule el aumento mayor de insulina post ejercicio (allí sí conviene que esté
aumentada, pues aumentará las reservas energéticas para el próximo
entrenamiento).
La STH también ayuda en el proceso de recuperación, pero
sus niveles son mayores por la noche durante el reposo nocturno.
Entonces, llegamos a la conclusión que es tan importante
COMER como DORMIR bien.
Esto deberá tenerse en cuenta cuando los deportistas viajan
al exterior con diferentes husos horarios, y compiten con los ritmos circadianos
hormonales al revés.
Si bien son varias las hormonas que producen hipertrofia
muscular, cada una lo hace desde su mecanismo íntimo de acción. Estas hormonas
llamadas anabólicas (como la insulina, el factor insulino-símil, la
testosterona, la STH ) contribuyen en este aspecto.
Las hormonas catabólicas, o sea que actúan en sentido
inverso, degradando proteínas de la célula muscular (como el cortisol y la
progesterona), también son importantes en el proceso de modulación que sucede
al terminar el ejercicio, al cual el organismo responde como stress , le
facilitará su trabajo específicamente.
Más estudios deberían realizarse con hormonas como la
insulina, las tiroideas y las endorfinas respecto al aumento de la masa muscular
y el trabajo regenerativo.
Dra. Patricia Minuchin.