DEPORTE COMO VEHÍCULO DE SALUD.
Dr. Walter Adrián Desiderio.
Doctor en Medicina.
Docente Autorizado (UBA).
Presidente del Comité de Deporte y Salud, de la AMA.
Presidente de la Asociación de Escuelas Integrales de Taekwon-do.
De
acuerdo a un informe realizado por integrantes del Comité de Deporte y Salud de
la Asociación Médica Argentina (CODESAMA): "En los países desarrollados
el estado de salud de sus poblaciones esta garantizado no sólo por la
efectividad de los programas sanitarios aplicados, sino también por su
estabilidad política, su nivel económico y educativo y su desarrollo científico".
"Uno de los mayores problemas en salud de estos países desarrollados es la
elevada prevalencia de enfermedades crónicas y de sus patologías precursoras
como es el sobrepeso, el tabaquismo y el stress".
"Por su parte los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, como
podría ser la Argentina, presentan diseños sanitarios netamente
asistencialitas que en muchos casos resultan ineficientes, ineficaces y costosos
en detrimento de modelos preventivos en salud, y que por otra parte sufren también
el aumento persistente de patologías crónicas y sus precursores, producto de
la transferencia y universalización del estilo de vida y la cultura de los países
del primer mundo".
"Cada vez más en la Argentina se desarrollaron enfermedades crónicas
producto de malos hábitos alimentarios, de adicciones, sedentarismo y del
stress, a los cuales el sistema de salud le da respuestas tardías, respuestas
asistenciales a las patologías ya instaladas lo que genera altos índices de
fracaso médico y elevados costos sanitarios".
Por otro lado, las poblaciones del mundo se envejecen, producto del aumento
sostenido de la esperanza de vida, pero ese envejecimiento debería ir acompañado
de un programa de salud que garantice además una buena calidad de vida, en
donde la actividad física incuestionablemente tiene mucho que aportar.
Entre los objetos principales que se deberían considerar en la planificación
sanitaria de estos países, la promoción de la salud y de la prevención de
enfermedades deben establecerse como pilares estratégicos.
El aumento del conocimiento sobre los orígenes, las causas y los factores que
elevan el riesgo de padecer enfermedades han ampliado las posibilidades de
alcanzar tales objetivos. Algunas de estas posibilidades se han aprovechado en
buena medida en los países desarrollados, por ejemplo, mediante la puesta en
marcha de programas de mejora de la nutrición y la reducción del consumo del
tabaco y alcohol. Las experiencias acumuladas por numerosos países indican que,
a largo plazo, es posible obtener resultados notables mediante la adopción de
acciones sistemáticas, concentradas y de gran alcance por parte de varios
agentes asociados. Son ejemplos de los éxitos alcanzados la disminución de los
índices de tabaquismo de la población adulta y la reducción del consumo de
grasas saturadas en muchos países de la Unión Europea.
Los nuevos estudios realizados ofrecen datos actualizados acerca del papel que
desempeñan diversos factores en la atenuación o el agravamiento del riesgo de
ciertas enfermedades.
Cuando se ha acumulado la información suficiente sobre la eficacia, la
seguridad y los medios de aplicación práctica de un nuevo factor, su utilización
debe fomentarse eficazmente.
En
la actualidad, se dispone de datos que justifican una promoción generalizada de
la actividad física como medida efectiva, segura, práctica y económica para
la mejora de la salud y la prevención de enfermedades.
Los ciudadanos necesitan con
urgencia ampliar su actividad física con el fin de mejorar su nivel actual de
salud y sus capacidades funcionales y mantener éstas hasta una edad avanza.
Esta afirmación se fundamenta en:
1.
Los efectos beneficiosos de la actividad física sobre
los problemas de salud más frecuentes.
2. La falta de una actividad
suficientemente para generar tales efectos.
Todos
los individuos necesitamos un nivel suficiente de fuerza, resistencia,
flexibilidad, destreza para el movimiento y equilibrio para movernos, trabajar y
actuar sin tensiones ni riesgos indebidos. Las funciones fisiológicas que
determinan estas capacidades se deterioran inevitablemente con la edad. No
obstante, el deterioro medio de numerosas funciones y capacidades de las
personas físicamente pasivas es mucho mayor (en muchos casos cerca del doble)
que el de las activas. Por otra parte, tales funciones y capacidades pueden
llegar a mejorar sensiblemente mediante la actividad física hasta una edad muy
avanzada.
En el informe "Physical Activity and Health" se afirma que:
1.
La actividad física produce numerosos
efectos fisiológicos positivos. Su influencia en el sistema cardiovascular y músculo
esquelético es bien conocida, pero los beneficios para el funcionamiento de los
sistemas metabólico, endocrino e inmune son asimismo considerables.
2.
Muchos de los efectos beneficiosos de
la práctica de ejercicio, tanto de las actividades de fortalecimiento como las
de resistencia, disminuyen al cabo de dos semanas si la actividad se reduce
sustancialmente, y desaparecen transcurridos de dos a ocho meses si no se
reanuda.
3.
Las personas de todas las edades y de
los dos sexos experimentan adaptaciones fisiológicas favorables a la adaptación
física.
Los
efectos mencionados se concretan en el aumento de la energía y la disminución
de la fatiga en las actividades ordinarias, en una mayor libertad en la
elección de ocupaciones en los periodos de ocio y en un modo de andar más
seguro y un menor número de lesiones, sobre todo en los grupos de población de
edad avanzada. Cabe destacar que la actividad física es la única forma de
influir de manera directa y eficaz en estas funciones. No pueden compensarse a
través de otros medios en lo que respeta al mantenimiento de unas capacidades
funcionales suficientes al envejecer.
El estado de las estructuras y las funciones que determinan la capacidad para el
rendimiento físico se denomina tradicionalmente aptitud física. Depende
de la cantidad y el tipo de la actividad física realizada. Muchas de estas
estructuras y funciones que pueden verse influidas por la actividad física
determinan y forman parte también del estado de salud en cada momento o
predicen la situación de ésta en el futuro. La combinación de estas características
se denomina aptitud relacionada con la salud. Algunos aspectos de ésta
se consideran asimismo al evaluar la aptitud relacionada con el rendimiento. Los
componentes del primer tipo de aptitud constituyen objetivos concretos, medibles
y comprensibles a corto y medio plazo para la actividad física orientada a la
mejora de la salud. Algunos dependen de forma sustancial y específica de esta
actividad, como la capacidad cardiorrespiratoria, mientras que otros están
influidos fundamentalmente por otros factores como la tensión arterial y el
colesterol sérico.
Por esto mencionado y debido a la diversidad de ofertas dentro de los distintos
deportes, creemos conveniente que ante la decisión de realizar alguna
actividad, la misma se realice con profesionales certificados y en
instituciones acreditadas para que el deporte funcione ciertamente como un
vehículo hacia la salud y no como un pasaporte a la enfermedad y las
adicciones.
Considerado el deporte como un arma eficaz de la medicina preventiva, ya que actúa
tanto en la detección como en la prevención de enfermedades, es función de la
Asociación Médica Argentina y especialmente de su Comité de Deporte y Salud
(CODESAMA), bregar por la capacitación y excelencia, de todos los considerados
integrantes de este equipo de salud compuesto por médicos deportólogos, kinesiólogos,
profesores de educación física, instructores deportivos, entrenadores, etc.,
siendo fundamentalmente los tres últimos por estar en contacto directo con la
población, quienes representan el eslabón fundamental de una cadena que cuando
se maneja en forma incorrecta, se corta por la parte mas débil y esto es
justamente la salud de la población.