Sabemos que en las carreras de larga duración
(fondos) la “cabeza” es un elemento fundamental y que ,más allá de nuestra
capacidad física, la mente nos plantea obstáculos y dificultades, además de
trabajar a destajo: nos pasan mil ideas en esos momentos.
Secuencias de ideas deprimentes y otras estimulantes, que nos entretienen en el
camino y “alivianan” el esfuerzo físico por distracción mental.
Este efecto de aceleración y fluidez mental en el running no es ajeno a otras
actividades como la meditación, el zen, yoga, en las que la hiperventilación ,
el ritmo sostenido del cuerpo la respiración y los latidos del corazón producen
un estado de relajación similar al estado “Alfa” (es una idea sobre el running
que sostengo pero sin mayores pruebas por el momento) .
El estado Alfa (baja de la frecuencia de las ondas cerebrales) es el nivel donde
surgen la creatividad, vemos más claro, fluyen las ideas sin bloqueos
emocionales y aparecen la creatividad, las soluciones, se amplían la memoria y
la intución…
Hay quienes asocian estos estados al desarrollo de capacidades paranormales
(telepatía, clarividencia, precognición), pero no creo que nos interese por el
momento (salvo que podamos anticipar si alcanzaremos el podio!)
De allí que cada carrera no sea sólo un esfuerzo físico sino también un desafío
para adentrarnos en las profundidades de nuestra mente y encontrarnos en lugares
desconocidos de nuestra interioridad. Y entonces otra posible teoría ( tampoco
probada) : no será acaso este efecto, poco consciente, el que explique el éxito
masivo del running. (? ).
En estos días se ha hablado mucho del efecto “Superman” que nos propone un vuelo
(o mejor quizás, una bajada a un cierto nivel Alfa ?) en el que aparentemente
nos encontraríamos con lugares, y situaciones nuevos, satisfactorios y
estimulantes.
Mientras corría por la reserva "El Destino" y enfrentaba la agresividad del
barro, las cortaderas y me metía en pantanos hasta la rodilla, y arroyos de
aguas oscuras y olorosas, al cuello, (aunque también la belleza de correr por la
playa y por los senderos de bosques añejos) pensaba en la versatilidad del
cuerpo que puede afrontar todas esas situaciones extraordinarias (o, en todo
caso, absolutamente ajenas a la realidad cotidiana), a las que uno se somete en
el marco cuidado y colectivo de una carrera pero en las que uno no se metería en
solitario ni por todo el oro del mundo.
Y mientras los obstáculos iban quedando atrás
crecía la sensación de que por un momento somos inmortales, poderosos, libre de
temores y absolutamente resistentes a cualquier barrera de la naturaleza.
Una especie de topadora humana sin límites.
Un reencuentro con capacidades que no se manifiestan habitualmente y de las que
no somos totalmente conscientes que poseemos.
Mientras corría me imaginaba que ridícula e imposible me aparecería luego esa
imagen de encajado en el barro chirlo y putrefacto de un pantano, sucio de pies
a cabeza, cuando estuviera sentado trabajando en mi oficina el lunes ( por
suerte quedaron algunas fotos).
Esta es la verdadera “Superman” y estamos todos invitados a participar.
La otra, la de la promesa spot, fácil e inmediata, …al lado de ésta, es cartón
pintado.
Seguramente David , Santiago y Luciano han experimentado lo mismo.
Alejandro Asprella