Somos ese grupo de gente que estudió con el ideal de ayudar a las personas a mejorar su salud. Somos aquellos, la mayoría, que sigue actualizándose, estudiando, dando una palmada en el hombro para acompañar no sólo al que viene porque padece alguna enfermedad, sino que aparte viene preocupado por eso.
Somos también aquellos que trabajamos gratuitamente por años (mas de diez años en mi caso), en el hospital público (creo que no pasa en ninguna otra profesión).
Somos los maltratados del sistema, de las instituciones y hasta por algún colega jefe. También, las menos veces, hasta por algún paciente (que falta sin avisar, o llega tarde, o habla con su celular, dentro de la consulta.
Somos los explotados que aceptamos a la fuerza el perverso sistema de monotributo, que permite "legalmente" que la misma institución donde trabaja no le den afiliación (debemos pagarla).
Esto incluye el detalle de que no te cubren vacaciones, ni enfermedad, ni aguinaldo, pero con todas las obligaciones (puntualidad, jefe, horario y lugar fijo de trabajo, etc.)
Un médico explotando a todos los que trabajamos de verdad con el paciente. Esta es la parte que muchos pacientes desconocen y tampoco les afecta, porque seguimos trabajando con excelencia.
A veces exigidos también por los horarios, como si se pudiera despachar a las personas.
Falta de comprensión de que a veces podés retrasarte cuando tenés que darle alguna noticia no tan buena de salud a alguien o por alguna cirugía complicada.
Esto es solo una reflexión, ya que tarde o temprano, siempre vos o alguien querido, necesitará de un médico.
Algo deberá cambiar para el bien de todos. Si no: quien te va a atender en un parto, o a tu bebe o a vos cuando tengas desde un simple resfriado que no cura hasta las enfermedades que pueden llevarte a la muerte.
Es solo que luego de 35 años de profesión, hago esta reflexión.
Dios quiera que alguien al menos la lea...
Dra. Patricia S. Minuchin